miércoles, 6 de febrero de 2013

Gustavo Santaolalla: “No fue hace tanto que estábamos tan mal”*

De Ushuaia a Palpalá. Así rebautizó el músico y productor a la gira oficial con la que hizo conciertos en simultáneo para todo el país. Charla y de viaje por Jujuy.

-º-
*Una versión de esta nota fue publicada en la revista El Guardián en septiembre de 2012. 
Fotos Silvina Frydlewsky / Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. 

-º-
Camina hacia el cine teatro Altos Hornos Zapla, de Palpalá, en Jujuy, y sonríe levemente. Lo esperan casi 200 niños que están preparando los temas para el recital de la noche siguiente. Es lunes 27 de agosto y Gustavo Santaolalla está listo para ensayar. Entra, se sienta en una butaca como si fuera un vecino más y observa. Andrea Merenzon, directora artística del Festival Internacional Iguazú en Concierto y miembro de la Filarmónica del Teatro Colón, entre otros méritos, marca el ritmo para la Orquesta Infanto Juvenil de la provincia de Jujuy. Desde la entrada avanzan dos filas de jóvenes intérpretes de instrumentos autóctonos hasta el escenario y terminan todos juntos el tema.
Hay una sonrisa enorme en 170 caritas que buscan el sí de Santaolalla. Tocan más. El músico y polirrubro del éxito se acerca y, como quien no quiere la cosa, baila un poco. Sube al escenario para dirigir, pero aún no puede empezar porque los chicos lo aplauden, le zapatean, corean su nombre. Agradece y se para delante del atril. Entonces llega el silencio. Es un silencio expectante que se intensifica cuando Santaolalla levanta la batuta y se rompe en música cuando hace un gesto y todo comienza a sonar en armonía.
Los pequeños violinistas brillan, los mini celistas bailan en sus asientos, los jóvenes contrabajistas se balancean, los charangos suenan felices, la sección de vientos es un tornado de felicidad, la percusión suena como muchos corazones en sintonía y todos son una murga, un carnaval y música clásica; son un sonido que se forma en un caos organizado y el resultado es puro color.
“Santaolalla es el director más bueno que tuve porque baila, sonríe y nunca me reta”, dirá una niña integrante de la orquesta, antes del show oficial. Cuando alguien hace algo que le gusta de verdad, se nota en los pequeños detalles y en el resultado final. Ahora está pasando algo que les gusta a las personas involucradas y la felicidad baja del escenario como un río desbocado. Todos están listos para el recital.
Este ciclo de conciertos y charlas con Gustavo Santaolalla, presentado por el Plan Nacional Igualdad Cultural, es breve, pero enorme. Primero tocó en la sala del Auditorio Juan Victoria en San Juan junto a la Orquesta Juvenil de la Universidad Nacional de la provincia, después fue el turno de Palpalá, en Jujuy, y el final tiene como escenario el Espacio Joven de Tecnópolis junto a la Orquesta Sinfónica Juvenil de la Municipalidad de Hurlingham, dirigida por Roberto Flores.
 Esta propuesta, impulsada por el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, y la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, se lleva adelante con la intención de promover la actividad musical de las nuevas generaciones y, sobre todo, impulsar la inclusión cultural. Por eso es que, con el objetivo de acercar la cultura a todas las regiones del país, cada una de las funciones se pudieron disfrutar por el canal 360 TV de la TDA, como parte de un programa especial producido por Igualdad Cultural, y también a través de la página web del plan, www.igualdadcultural.gob.ar.
 El recital de Jujuy fue transmitido en vivo en el Espacio INCAA km 2290 de Comandante Luis Piedra Buena, Santa Cruz, donde se reunió más público para hacer de la experiencia, según Santaolalla, un remix de su exitoso De Ushuaia a La Quiaca y convertirlo en “De Ushuaia a Palpalá”.

Crónica de un Jujuy agitado
Hay que rebobinar hasta esa noche jujeña para entender un poco el fenómeno. El teatro está repleto y también el hall de entrada, en donde hay mucha más gente viendo todo a través de una pantalla. Los vecinos llevan sus mejores galas, que incluyen desde tapados de piel hasta camperas deportivas. Esto pasa en cada pueblo o ciudad en la que se presenta el espectáculo: los protagonistas son los lugareños. Las estrellas de la velada son las orquestas locales juveniles y el público son los padres, hermanos y amigos.
Eso le da marco a la presentación de Santaolalla que sabe mezclarse con la energía de cada lugar como un camaleón. “Adoro Jujuy, desde chico conozco esta provincia hermosa” es una de las primeras cosas que dice el músico al subir a escena y, sin esfuerzo, se gana el primero de muchos aplausos. Cuenta que a los cinco años tuvo la oportunidad de dirigir una banda rítmica en el jardín de infantes y que hasta ahora no había vuelto a hacer algo así. Dice que es un lujo volver al ruedo con ellos, que las orquestas juveniles de San Juan y de Jujuy son excelentes y que se siente honrado.
Arranca la ovación. “Me gusta la gente”, arroja con simpleza y confiesa que no sabe leer ni escribir música, pero compone desde los 10 años. Aquel primer tema, recuerda, fue una chacarera que todavía le parece buena y asegura: “Desde mis tiempos en Arco Iris lo que más me importa es mostrar quién soy y de donde vengo”. Es el momento de demostrarlo otra vez. Sentado en una banqueta y abrazado a su guitarra, Santaolalla canta sus temas para todos.
Ahora es otra vez el hombre serio y concentrado que lleva adelante mil proyectos a la vez y con los ojos cerrados canta No existe fuerza en el mundo, La noche ya es día, Un poquito de tu amor, Río de las penas, Ando rodando y, hit de hits para cerrar la primera parte del show, Mañanas campestres donde por fin se puede sumar el público. O parte del público.
Después llega el momento sobre el escenario de los 170 músicos, de entre cuatro y 18 años. Interpretaron la obertura de Guillermo Tell, de Gioachino Rossini, y al menos tres violines rompieron cuerdas. Eso es una verdadera explosión de talento. El Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Jujuy (SOJ) cuenta con 16 agrupaciones formadas por casi 700 niños, adolescentes y jóvenes de San Salvador de Jujuy, Maimará, Purmamarca y otras localidades de la zona. Su director, Sergio Jurado, explicaría más tarde el espíritu del proyecto que tiene a Santaolalla como protagonista: “Creemos en una formación musical basada en la experiencia. Desde el momento en que empiezan a tocar un instrumento, los niños integran las orquestas y comparten con sus pares un camino de aprendizaje. En principio, nuestro objetivo no es formar músicos concertistas. Simplemente buscamos que disfruten. De esa forma se logran los mejores resultados y aflora el talento”.
El gran cierre es con Santaolalla como parte de la orquesta, dirigidos todos por Merenzon, en temas como The Journey y, finalmente con el músico batuta en mano, todos juntos cerraron con alegría al ritmo del Can Can, de Jacques Offenbach, y el carnavalito El humahuaqueño. El resultado fue un show de tres horas que pasaron volando y que terminó con todo Jujuy aplaudiendo de pie, en medio de una emocionante ovación. En otros puntos del país, resonaban más palmas vía satélite.

El hombre orquesta
Aunque es difícil encontrar a Gustavo Santaolalla con tiempo libre, porque hace cosas todo el tiempo sin parar, en el medio de todo y con la calma de un maestro zen, finalmente se hace un momento para hablar con EG. Dice: “Yo ahora en este momento estoy charlando con vos y no hay nada más importante en el mundo que esto, así como va a ser importante en un rato el momento de la cena, lo fue el show, y lo es ir viviendo cada cosa”.

¿Cómo hacés tantas cosas a la vez? Ahora mismo estás llevando adelante como 40 proyectos… 
–No, ¡muchos más! Podríamos estar acá todo un día si te empiezo a decir cada cosa que hago, jajajá. La verdad es que no sé cómo hago todo, pero al final siempre puedo. Yo, en el caos que es llevar adelante tanto a la vez, siempre encuentro el modo de que se haga cada cosa. Y ahí están funcionando los álbumes que produzco de muchísimas bandas y solistas, la cerveza Grosa que fabrico, los vinos de mi viñedo, estos conciertos con los chicos, las tocadas con Bajofondo, los libros, la familia… Todo está. Confieso que duermo poco, la verdad.

¿Hacés todo a la vez o vas proyecto a proyecto?
–Hago todo al mismo tiempo y estoy involucrado en 18 mil cosas. En algunas más y en otras menos, muchas cosas ya están listas, otras en proceso, otras son para más adelante. Pero tengo planes que involucran, así ya, los próximos cuatro años.
¿Cómo manejás la ansiedad?
–No, aunque te parezca mentira no tengo ansiedad ni estrés. Pasé situaciones difíciles en mi vida, por distintas cosas, pero en un momento algo me hizo clic y me cambió la manera de aproximarme a los problemas. Aprendí a dejar que las cosas sean. Cuando algo está trabado es mejor saber esperar para ir avanzando por los caminos que sí están despejados. Saber esperar es algo que aprendí con los años. De joven nadie sabe esperar. No hay que dejarse abrumar por los problemas, porque la vida es una sucesión de problemas y soluciones. Cuando pensás que todo va bien, seguro que algo malo va a pasar. Así que al revés también es lo mismo. Cuando estés en medio de un quilombo, la solución siempre en algún momento llega.
¿Y ahora, además, que estás haciendo? 
–Ah, muchas cosas, por supuesto, jajajá. Terminamos el último disco de Café Tacvba donde soy productor, estamos mezclando el nuevo de la banda en la que toco que es Bajofondo, en solitario tengo que terminar la música para un videogame, también tengo en camino la banda sonora de una película francesa que se llama Siete años atrás y te podría contar más cosas, eh. Eso no es ni el inicio.
Dale, contá más.
–Estoy cerrando una película de animación que se llama Día de los muertos, por la festividad mexicana, que la produce Guillermo del Toro. Estoy con el musical basado en la obra de Bajofondo que se llama Arrabal y lo estamos montando ahora en Canadá, aparte tengo dos o tres proyectos más con mi viñedo, mi fábrica de cerveza que se llama Grosa y estamos armando la gira con Bajofondo.
La producción de Café de los Maestros te llevó a trabajar con gente muy mayor y ahora este ciclo del Plan Nacional Igualdad Cultural te hace trabajar con adolescentes y niños. ¿Qué te gusta más?
–Siempre me gustó trabajar con todas las generaciones. Café de los Maestros, que son grandes; esto, que son chicos; León Gieco, que es como mi hermano y somos lo mismo… Y de hecho Bajofondo, que es un grupo transgeneracional porque están todas las edades ahí. También me gusta cuando pasa eso de crecer con la gente que trabajo, todos juntos. Por ejemplo con Café Tacvba, este año hace 20 que sacamos el primer disco y trabajamos juntos desde que ellos eran unos nenes y yo, bueno, mucho más joven que ahora, jajajá.
¿Qué te decidió a participar de este Plan Nacional Igualdad Cultural?
–Me parece alucinante que haya un programa en donde se esté planteando una conexión entre lugares distintos del país, creando eventos culturales que apuntan a nutrir de contenido a esos lugares desde otro ángulo. Si no siempre todo pasa por Buenos Aires, que es el mismo lugar. Yo soy amante y creo en mi país desde la época en que tocaba con Arco Iris. Adoro y celebro la posibilidad de hacer cosas que tengan que ver con el interior y más en este caso, donde la tecnología realmente ayuda a estar conectados con otros lugares.
¿Te parece que eso tan ideal realmente funciona? 
–Sí, creo que sí. También me parece que es una cosa tan nueva que falta un poco de tiempo para ver cuán efectiva es, pero todo lo que sirva para comunicar y para que la gente pueda intercambiar sus expresiones es bueno. Y que se haga de una manera in- mediata, que es bastante importante en la época en que vivimos, tiene que ser bueno y producir resultados positivos. Por eso creo que sí, que está funcionando.
¿Es o podría ser una forma de encontrar lugares interesantes de difusión?
–Siempre vas a encontrar detractores en todas las cosas. La quiero mucho a Cristina y creo en la orientación hacia dónde va el país. Es el gobierno al que más le creo de todos los que vi desde que nací. Pero no soy peronista ni kirchnerista, soy solamente artista. Y me interesa aclararlo porque así es más útil mi apoyo. Realmente se han producido grandes cambios en el país. Seguro que no existe el gobierno perfecto y falta mucho por hacer. Pero yo tengo memoria y no fue hace tanto que estábamos tan mal. Los cambios son muy profundos en poco tiempo. Por eso yo doy mi apoyo del modo en que lo hace un artista. Si a alguien le parece que está mal, realmente no me importa.

-º-




No hay comentarios: