miércoles, 5 de febrero de 2014

Dime cómo es tu auto y te diré qué chances tienes*

*Esta nota fue publicada en la revista Móvil en diciembre de 2013.
Es ley. Las notas que se basan en una conclusión absurda según el resultado de una encuesta o estudio siempre son pavadas monumentales, por no decir delirios. Y las universidades y consultoras que realizan tales investigaciones son dudosas, por no decir re truchas. Una muy graciosa en la que es inevitable no parar un segundo a declamar un enorme ¡JUA! es la que comentaré a continuación y publicó carbuzz.com. Título: “Las mujeres prefieren hombres con autos ecológicos”. Destacada: “Y esos hombres creen que las mujeres que manejan SUV son groseras y arrogantes”. ¡Bajen un cambio!
La nota explica que una encuesta realizada por el sitio motors.co.uk dio como resultado que nosotras nos sentimos más atraídas por hombres que tengan vehículos ecológicos como el Toyota Prius y el Nissan Leaf, “ya que encuentran en ellos una figura consciente, inteligente y segura”. Ahá… Otros datos que surgen del “estudio” (comillas a “estudio” porque es tan absurdo que resulta mandatorio considerarlo un eufemismo) es que vemos a los conductores de sedanes de cuatro puertas como muy trabajadores y a los de hatchbacks, modestos. Y así, la fantasía que los Mad Men detrás de estos “estudios” (ya expliqué las comillas) intentan inculcar en los lectores es que si ustedes, muchachos motorizados, compran uno de los coches en cuestión, les lloverán las señoritas. No son tan pánfilos como para creerlo, ¿no?
Hagamos algo más sincero y lúdico. Permítanme ser la infiltrada que les cuenta, queridos Meteoros, qué pensamos de ustedes según el coche que manejan. La lista se divide en “tipo de auto”, “diagnóstico del conductor” y “nuestra reacción probable”. Comencemos (y recuerden que es solo un juego):
1. Bulín ambulante
Hay condones en la guantera, una frazadita siempre lista por ahí, a mano pero casual, y los asientos son fácilmente reclinables. Además, el automóvil parece poseer un sistema de navegación inteligente por el cual se autodirige siempre al Rosedal, los bosques de Palermo, la Costanera y/o cualquier lugar oscuro y alejado. Puede ser cualquier tipo de auto pero hay que estar un poco más alerta con los de dos puertas.
Diagnóstico del conductor: pirata. Sos casado, infiel y mentiroso, pero lo peor es que sos amarrete, ya que ni se te ocurre pagar un hotel alojamiento.
Nuestra reacción probable: ¿trampa y en el auto y al paso? Mmm… nah.
2. Chiquero
Hay envoltorios vacíos de galletitas, papas fritas, alfajores y botellas de gaseosa rodando entre los pedales y el asiento de atrás. En la guantera puede haber desde un rollo de papel higiénico hasta una colección de monedas para el peaje que incluyan algunas uruguayas y otras ya fuera de circulación. Quedó olvidado un bolso con ropa sin lavar, después de un fútbol hace años. No anda la puerta del acompañante y solo abre desde afuera. La caca de paloma ha carcomido la pintura y el “lavame sucio” de los vidrios fue tapado por una nueva e impenetrable capa de mugre que funciona como un polarizado pringoso.
Diagnóstico del conductor: Homero Simpson. Sos un colgado, de los que dejan todo para después, no solo ir al lavadero, y estar con vos implica que nos convirtamos en tu asistente-secretaria-madre-Marge.
Nuestra reacción probable: huiremos luego de un paseo o dos en tu carreta motorizada.
3. Demasiado caro e impecable  
Alta nave, tu vehículo automotor sale más caro que dos departamentos en Puerto Madero. Huele a pino, está repleto de lucecitas que indican funciones ultramodernas en el tablero y podría superar la velocidad de la luz. Por supuesto, importado; muy probablemente, alemán.
Diagnóstico del conductor: James Bond de pacotilla. Sos frívolo, y como para vos poseer un auto no es solo tener un vehículo sino que significa una actitud (eso es parte de tu personalidad), cuando te miramos vemos una cuenta bancaria, una billetera y click caja.
Nuestra reacción probable: si vendés eso, se quedarán las que quieran comprar eso (mientras te dé la nafta).
4. Tuneado  
Luces de Xenon y Bixenon azules o celestes en los faros y un equipo de música con parlantes en la luneta diferenciados para la voz, y otros en el espacio del baúl para la vibración. Caño de escape deportivo que, además, tira un poco de fuego y enormes llantas de 17’’ con gomas deportivas bien finitas. Alto chasis con luces violetas que alumbran el piso y carrocería de color vibrante. Mucho neón, tubitos atornillados por todos lados, vidrios polarizados, volante anatómico, asientos de cuero y motor turbo. Grrrrr.
Diagnóstico del conductor: piston(to). Sos un poco gilún y no importa tu aspecto, te vemos el pelo engominado, muy perfumado y con ropa ajustada. Estar a tu lado implica, por un lado, temor de que te pongas violento porque hicimos algo mal en el auto y, por el otro, terror a que corras picadas.
Nuestra reacción probable: olvidate de que subamos a tu voiture, mejor nos quedamos en casa escuchando a Pappo. Rajá de acá.
5. Retro  
Un clásico de colección enclavado en una década lejana. Impecable, con olor a nuevo y detalles en madera. Torinos, Fords Fairlanes a dos colores, Ramblers y nostalgia a flor de piel.
Diagnóstico del conductor: Arnold Cunningham (el dueño de Christine). Sos un poco obsesivo y cuanto más cuidado esté el auto, más inquietantemente enigmático nos resultás. Tenemos miedo (de que nos aburras).
Nuestra reacción probable: si sabés hablar de algo más que de tu coche chiche, nos puede llegar a encantar dejarte darnos vuelta(s) con (en) tu auto.
6. En custodia, compartido con la ex  
Te separaste hace más de un año y arreglaste, sin problemas aparentes, quién se queda en la casa y quién se va y hasta de quién era cada libro de la biblioteca, pero el coche sigue en custodia compartida. Qué días te tocan con los chicos y cuáles con el tutú es un asunto que siguen resolviendo (por siempre). Rurales y utilitarios a la orden del día.
Diagnóstico del conductor: Farinelli, il castrato. Aunque te hagas el superado sabemos que sos un pollerudo de la peor calaña (de la pollera de otra).
Nuestra reacción probable: las ganas de plantarte un aro o hebilla como evidencia incriminatoria para generarte un conflicto necesario con tu ex nos ganará más temprano que tarde.
7. Camioneta, camioncito, pick up  
No solés ir de viaje al campo ni lo usás para un trabajo específico, pero igual tenés un auto grande por demás con zona de carga cubierta o descubierta en la parte de atrás.
Diagnóstico del conductor: falso BJ Mackey. ¿Tenés un mono llamado Bird y te gusta tocar el claxon? ¿No? Entonces estás en cualquiera.
Nuestra reacción probable: tu autote enorme con capacidad de carga solo por gusto hará que nos preguntemos qué querés demostrar, y las respuestas en nuestra mente van a ser todas en tu contra. Salvo que seas el verdadero BJ Mackey.
8. Destartalado que aún camina  
Hace ruidos ahogados cuando lo encendés, pero siempre sabés cuánto y cómo embragar. La pintura puede estar descascarada, pero el auto anda. El baúl quizá no cierra del todo bien, pero tiene lugar para tu caja de herramientas. Acá lo que importa es lo de adentro. Se ve fulero, pero nunca te deja de a pie.
Diagnóstico del conductor: mini MacGyver. Sos un tierno, te vemos esforzado y varonil, capaz de arreglar a cada paso cualquier falla. Igual, si nos llevás a pasear, te quedás varado en el medio de la nada y hay que salir a golpear el capot con un martillo, nos van a dar ganas de matarte.
Nuestra reacción probable: cantaremos juntos, por la carretera rumbo al atardecer: “Baby you can drive my car / yes I’m gonna be a star / baby you can drive my car / and maybe I’ll love you”.
9. Inabandonable  
No importa si es un coche lindo, feo, caro, económico, pistero o utilitario, la característica que lo define es que el conductor nunca se baja, va a todas partes en él. ¿A la costa manejando todo el tiempo sin pedir relevo? Sí, buenísimo. Te llevan y te traen con gusto y eso es celebrable. Pero también van al kiosco de la esquina en auto y no saben qué hacer cuando están a pie.
Diagnóstico del conductor: seudo-Transformer. Te creés un centauro sobre ruedas, pero te vemos como un tipito dependiente del motor.
Nuestra reacción probable: ante todo, relajate. Después vemos.
10. Genérico  
Un coche del mismo color que el de la mayoría. Es un medio de transporte, no te define como ser humano. Está limpio y no necesita dormir en un garaje. No es grande ni chico, funciona en la ciudad o en la ruta. Anda, te lleva.
Diagnóstico del conductor: chico normal. Sos de los que dicen cada tanto “ay, manejá vos que estoy cansado”.
Nuestra reacción probable: Si el resto de tu personalidad acompaña tanta normalidad y nos gustás, seremos tu copilota con rumbo a donde quieras ir.
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