El Luján es la obviedad que todos transitan con la heladera de telgopor
portátil. En el momento de la duda, cuando hay que elegir por dónde bifurcarse,
a mí me gusta hacerle ole al Carapachay. Navego el Sarmiento hasta el final y llego
hasta donde comienza el Capitán. Ahí se cruza el San Antonio y ese lugar es un
rincón natural de tres ríos con un solo horizonte. El delta del Tigre es igual
a una pregunta que se está formulando en continuo movimiento. La
isla es una sola aunque todos crean que son muchas. El continente empieza a ser
una idea extraña; se lo deja atrás.
Si sube o baja el agua, si viene o no la sudestada, si el pez con bigotes
tipo Dalí es un bagre, si los murciélagos arrullan o aterran a los durmientes,
si los muelles sirven para algo más que colgar las piernas, si ese pato sabe a
dónde va.
¿Qué más podés querer si el único peligro es el acoso de la gatapeluda? Te
metés al agua y se te limpia la cabeza por dentro y afuera hay barro, guerra de
pelotas de barro, después prendés un fuego, mirás la luna y unos árboles que
crecen en riveras enfrentadas se hacen amigos por arriba, se tocan las copas y
cuando pasás con la canoa por ese túnel ¿qué más podés querer?
Avanzamos descalzos por pequeñas selvas para llegar a ningún lado y ayer
nos persiguió una jauría de perros empáticos que no dejaban de hacerse
amigos nuestros. Nos rodearon custodiándonos todo el camino a casa y se tiraron
al agua para salvarnos de algo aunque no nos estábamos ahogando. Quisimos
comernos las olas y se nos deshicieron entre los dientes.
Canta un pájaro en disonancia, muchas hojas mueven a sus troncos, la
crecida trae ramas y un pedazo de rosal. El agua lame los muelles mientras
nosotros mordemos los yuyos. Lejos de la tierra firme todo es tangible. Se
va el día y se avecinan los insectos. Pasa una lancha, no nos
subimos. Respiro. Me quedo en el río.
*Esta nota fue publicada en la revista La Mujer de mi vida en junio de 2013.
-º-
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2 comentarios:
bellísimo
toda la isla romántica captada a la perfección
me sale decir grácias
Ay, Matilda. Gracias a vos, qué lindo recibir un comentario así. Beso!
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